Un profesor del MIT ha desarrollado recipientes antiadherentes que permite vaciar más fácilmente su contenido
El método de Varanasi consiste en tratar el interior del contenedor con dos sustancias: la primera se adhiere a las paredes del recipiente creando una capa porosa y sobre ella se añade un líquido que rellena los poros y se mantiene en su lugar por efecto de capilaridad.
Este líquido está a su vez optimizado para repeler el producto que se va a contener —sea kétchup, mayonesa u otra cosa— como si de agua y aceite se tratase. De esta manera, el contenido no tiene a donde adherirse y resbala fácilmente hasta abandonar el envase.
“Solo puedo decir que están hechos a partir de productos tan seguros que son comestibles”, añade.
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Durante muchos procesos industriales, sean alimentarios o de otro tipo, se sufren grandes pérdidas debido a la viscosidad de los materiales pues estos se quedan pegados en contenedores y todo tipo de maquinaria. Contar con superficies antiadherentes permitiría generar menos residuos pero también reducir los costes de limpieza y mantenimiento de dicha maquinaria. Por otra parte, se ahorraría energía al necesitar menos esfuerzo para bombear los productos de un punto de la fábrica a otro.
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