Los grupos de estos insectos escogen la opción más lógica aunque los individuos tengan opiniones contradictorias
Los insectos sociales no tienen grandes cerebros para albergar pensamientos complejos y abstractos, pero los grupos que forman se apañan para tomar decisiones peliagudas y cruciales para su supervivencia.
Las abejas de la miel, por ejemplo, deciden si desplazan la colmena a un lugar o a otro en función de los bailes que se echan las exploradoras, y que serán más intensos cuanto mejores sean las fuentes de néctar avistadas.
hicieron un experimento con 56 hormigas. Marcaron a cada una con un código de color concreto, y observaron el comportamiento de cada individuo a la hora de tomar una decisión.
Para asegurarse de que estuvieran «motivadas», Yamamoto y Hasegawa las hicieron pasar hambre durante tres días, y después las expusieron en varias situaciones a fuentes de un azúcar (sacarosa), a un 3,5 y a un 4 por ciento de concentración.
cada hormiga tenía unas preferencia concretas. Había algunas que se inclinaban por una u otra fuente, insectos que no querían alimentarse, y algunas que escogían la mezcla más concentrada.
A pesar de estas discrepancias, dignas de un parlamento, los científicos observaron que cuando estaban juntas, formando pequeñas colonias, la gran mayoría de las hormigas escogía la fuente más rica en azúcares, sin dejarse influir por las díscolas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario