domingo, 10 de diciembre de 2017

¿Tienes el lóbulo de la oreja pegado a la cara o no? Aquí está el motivo

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Se supone que otro de estos rasgos que se heredan y que dependen de un solo gen es el lóbulo de la oreja: algunas personas lo tienen pegado a la cara y otros lo tienen separado. Sin embargo, un estudio publicado recientemente en American Journal of Human Genetics ha descubierto que la película es bien complicada. Este rasgo es producto, al menos, del funcionamiento de 49 genes.
«A veces, la genética de un rasgo sencillo es de hecho bastante complicada», ha dicho en un comunicado John R. Shaffer, investigador de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.) y coautor del estudio. En el caso de las orejas, Shaffer ha explicado que si se comprende la genética del lóbulo «podemos trabajar en tratamientos para enfermedades hereditarias, muchas de las cuales tienen consecuencias en el lóbulo, como ocurre con el síndrome Mowat-Wilson». Esta condición deforma las orejas de los afectados y está relacionado con otras alteraciones del desarrollo facial e intelectual.
La investigación ha sido posible gracias a un extenso análisis genético realizado con las muestras de al menos 75.000 participantes, y recogidas por una colaboración internacional de Reino Unido, China y la empresa «23andMe Inc.». en la actualdiad esta colaboración está investigando la base genética de los rasgos faciales.
En esta ocasión, en concreto, los investigadores tomaron muestras de 10.000 personas, analizaron si tenían el lóbulo pegado o separado de la cara y rastrearon el pasado de malformaciones congénitas en la familia.
Después, en cooperación con «23andMe Inc.» accedieron a los datos genéticos de 65.000 personas más, quienes también dijeron cómo era su lóbulo. Gracias a estos análisis masivos, los investigadores descubrieron que 49 genes están fuertemente implicados en la forma de los lóbulos.
Los autores han explicado que lo descubierto es un buen ejemplo de cómo un rasgo heredable muy sencillo no solo es resultado de la interacción entre una gran cantidad de genes, sino que es parte de un proceso que los genéticos apenas están comenzando a comprender. «Sabemos que hay 49 genes que afectan a la forma del lóbulo, pero no sabemos cómo funcionan juntos ni cómo interaccionan», ha dicho Eleanor Feingold, coautora del estudio. «Descubrirlo es el siguiente paso».

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