domingo, 14 de octubre de 2018

La increíble historia de Mercurio, el planeta huérfano y menguante

https://www.abc.es/ciencia/abci-increible-historia-mercurio-planeta-huerfano-y-menguante-201810140319_noticia.html


Este mundo es uno de los menos explorados del Sistema Solar. Allí se han observado varios fenómenos para los que no se ha encontrado ninguna explicación


La misión BepiColombo, de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), será la tercera en enviar una sonda al planeta Mercurio, después de las misiones Mariner 10 y MESSENGER.

Mercurio es un planeta arrasado por el viento solar, en el que se pueden encontrar zonas mucho más calientes que un horno, a 450ºC, y otros lugares en sombra cuya temperatura baja hasta los -180ºC. Además, como es un mundo pequeño, su interior se ha enfriado y no tiene placas tectónicas que se muevan. Por eso, su superficie es vieja y está marcada por las cicatrices dejadas por infinidad de meteoritos, cosa que también ocurre en la Luna, por ejemplo.
Se trata de un planeta peculiar porque su plano de órbita está desviado casi cinco grados del plano de órbita de los demás planetas (la eclíptica), y porque gira muy rápido alrededor del Sol. Sus años, el tiempo que tarda el planeta en completar una vuelta alrededor del Sol, apenas duran 88 días terrestres. Sin embargo, sus días son muy largos: cada uno dura 59 días terrestres.
Mercurio es un gran símbolo de interrogación en nuestros mapas del Sistema Solar. Allí ocurren cosas extrañas que desafían lo que sabemos sobre los planetas. Por ejemplo, el 80% de su volumen está ocupado por su núcleo, mientras que en la Tierra esta parte solo constituye el 15%. Esto hace sospechar que en el pasado Mercurio sufrió un terrible impacto o algún otro cataclismo que le robó la parte externa de su superficie.
Además, se ha descubierto que el enfriamiento de su interior ha hecho que el planeta reduzca su radio en siete kilómetros desde su formación, por lo que se puede decir que está menguando.
Por si todo esto fuera poco, hay indicios serios de que este planeta pudo formarse en una parte más lejana del Sistema Solar, más allá de Marte, y que, por algún motivo, fue expulsado de allí y acabó atrapado bajo el abrazo mortífero del Sol. Uno de los indicios es la liberación de cantidades altas de materiales volátiles en la superficie, mayores de las que se esperarían en un planeta formado cerca del Sol.


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