En estos momentos, hay 8.100 toneladas de objetos en la órbita terrestre que pueden entorpecer nuestras comunicaciones. Y nadie sabe bien qué hacer con ellos. El artista holandés Daan Roosegaarde ha abierto un Laboratorio de Basura Espacial para buscar, con apoyo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y asesoría de la NASA, la forma de convertirla en productos sostenibles.
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