jueves, 14 de noviembre de 2019

Las proteínas ‘resucitan’ al primate más grande de la Tierra

https://elpais.com/elpais/2019/11/13/ciencia/1573650709_989011.html

Científicos españoles obtienen moléculas de un diente de hace 1,9 millones de años, el material biológico más antiguo extraído de un fósil


Esta especie llegó a medir tres metros y a pesar más de media tonelada. Vivió durante casi dos millones de años en las selvas de China, Vietnam y Tailandia y pudo encontrarse con los humanos actuales. Se extinguió por razones desconocidas tal vez hace tan solo 100.000 años.

El trabajo, publicado en Nature y liderado por investigadores en España, Dinamarca y China, se basa en un diente de gigantopiteco encontrado en 2006 en una cueva del sur de China y que tiene 1,9 millones de años. Ni la mejor tecnología sería capaz de recuperar ADN — la molécula que sirve de libro de instrucciones de cualquier ser vivo— de restos tan viejos y, además, hallados en zonas cálidas y húmedas. El récord, por ahora, es ADN extraído de un homínido que vivió hace 400.000 años en la sierra de Atapuerca, en Burgos.


Con un torno similar al de los dentistas, los científicos extrajeron de la muela unos miligramos de esmalte y dentina. Después secuenciaron el polvo en busca de proteínas fosilizadas. Han conseguido recuperar casi 500 aminoácidos correspondientes a seis proteínas del esmalte dental que asombrosamente se han conservado durante casi dos millones de años.
Los aminoácidos son las 20 unidades básicas que forman las proteínas. Los pequeños cambios de orden de esas unidades —una glicina que sustituye a una arginina, por ejemplo— permiten calcular cuántos millones de años han pasado dos o más especies evolucionando por separado y cuándo vivió su último ancestro común. 
Al comparar las proteínas del simio gigante con las de humanos y otros primates actuales los investigadores han demostrado que gigantopithecus es una especie hermana de los orangutanes, pero se separó evolutivamente de ellos hace unos 10 millones de años. 
El linaje humano y el de los orangutanes, incluidos los gigantes, divergieron antes, hace unos 14 millones de años. Una de las seis proteínas rescatadas, la AHSG, favorece la mineralización de dientes y huesos y probablemente es una de las que permitió al gigantopiteco desarrollar sus enormes muelas con las que masticaba bambú, hojas y frutos.


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