Un pequeño grupo de países ha gravado las bebidas azucaradas con impuestos especiales
Cataluña se ha convertido en la primera comunidad de España que impone una tasa a las bebidas azucaradas. Son pocos los países o regiones que se han lanzado a imponer tasas sobre el azúcar. El primero fue Irlanda, en 1916, pero retiró el impuesto en 1992. En la última década se han sumado a la lista varios Estados europeos y americanos. Reino Unido gravará los refrescos a partir del año próximo.
Las latas de refresco cuestan un 7% más desde hoy en Cataluña
El nuevo impuesto a las bebidas azucaradas de la Generalitat prevé recaudar más de 41 millones anuales
Las subidas varían según la concentración de azúcar. Por ejemplo, una lata de Coca Cola de 330 mililitros (ml), que ayer se compraba en el Condis de Jardinets de Gràcia por 0,58 euros, costará 0,62, un 7% más.
Fija dos tramos diferentes, de acuerdo con la concentración de azúcar.
El primer tramo afecta a las bebidas que tienen entre cinco y ocho gramos de azúcar por cada 100 mililitros. Estos productos tendrán una subida de 0,08 euros por litro.
En el segundo el precio se incrementa 12 céntimos para las bebidas azucaradas con más de 8 gramos por cada 100 mililitros.
El consumidor final es quien tiene que asumir el pago del tributo, pues lo que se busca es reducir el consumo de estos productos, como sugiere la Organización Mundial de la Salud. Los distribuidores lo repercutirán en la factura del vendedor.
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El brazo sanitario de Naciones Unidas defiende la tasa para combatir la epidemia global de obesidad
Murcia veta la bollería y los refrescos en las máquinas de venta de los hospitales
Sustituirá los productos azucarados por frutas, ensaladas y otros artículos que “promuevan una alimentación saludable”
Murcia es la cuarta comunidad con mayores cifras de sobrepeso y obesidad entre la población adulta, un 41,5% y un 23,9%, respectivamente, dos puntos por encima de la media nacional.
Articulo de opinión sobre este impuesto
Una bebida azucarada es opcional, y pueden hacerse campañas para concienciar a la población de los problemas que ocasiona su consumo exagerado, pero la gente sabe que lo toma. Sin embargo, compramos galletas, bollería, pasta, etcétera, sin saber que contienen aceite de palma (en la etiqueta a veces se indica aceite vegetal).
Si realmente los criterios para subir los impuestos fueran sanitarios creo que hay productos más dañinos que al azúcar.
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